Por tanto la opción que se va volviendo más común es la de utilizar discos duros externos de gran capacidad. En el momento que escribo esté artículo me estoy refiriendo a capacidades que van de 1 a 3 TB, y que cuentan con conexiones de tipo USB 3.0. Y para aquellos usuarios de Ubuntu como yo, voy a explicar algunas particularidades muy aconsejables para trabajar con estos dispositivos, en nuestro sistema operativo favorito.
El formato
Los discos externos suelen venir ya formateados, y con algún programa de copia de respaldo y manuales, ocupando ya espacio en el disco. No sólo eso, tanto dichos programas como el formato, NTFS por defecto, vienen a medida para Windows (puff) como si no existieran otras opciones.
Como usuarios de cualquier GNU/Linux, pasamos por alto ese detalle, puesto que nuestro sistema trabaja sin problemas con dicho formato, y con casi cualquier otro. Pero dado, que hacer copias de seguridad nos va a llevar bastante rato si vamos a copiar grandes cantidades de datos, cualquier mejora de velocidad nos beneficiará enormemente. Por ello mi principal recomendación es formatear al sistema estándar de nuestro sistema, actualmente ext4. Ganaremos de ese modo, no sólo mayor rapidez, sino que mejoraremos la fiabilidad y evitaremos la desfragmentación, que son dos puntos importantísimos para la seguridad de nuestros datos.
Perderemos en cambio la compatibilidad con los sistemas Windows, aunque esto último puede verse también como una ventaja ;) Aunque siempre podemos tener más de una partición con formatos diferentes, como se puede apreciar en la siguiente imagen:
Herramienta
Para conseguirlo, bastaría con emplear la herramienta GParted, que podemos instalar desde el Centro de software. Su uso es sencillo, lo principal es tener claro cual es el Dispositivo sobre el que vamos a modificar las particiones y formato. El disco físico interno o dispositivo principal suele ser /dev/sda, y esa denominación es independiente de las particiones que tenga.
En mi caso, como se muestra en la imagen, el disco externo es el /dev/sdb. Y es el que hay que seleccionar para modificar las particiones y su formato. Yo me he decidido por reducir a una "pequeña" partición de ~130GB la partición original NTFS (la que se queda con el nombre /dev/sdb1), y dejar el resto para la partición ext4 (que queda con el nombre /dev/sdb2).
El programa es bastante intuitivo, y permite hacer la composición a tu gusto sin realizar ningún cambio, hasta que pulsamos el botón de Aplicar todas las operaciones, momento en el que sí se producirán todos los cambios.
Acceso
Por supuesto, todas las operaciones sobre particiones y formateo, las hemos debido realizar como root y nos habrá pedido contraseña para poder realizarlas. Pues bien, al finalizar y acceder como usuario normal, no nos va a permitir copiar nada. Para resolver esta situación tan sólo hay que modificar los permisos de la partición y que permita a todos los usuarios tanto acceder como guardar información:
sudo chmod -Rf 777 /dev/sdb2
Optimización
Tras seguir todos los pasos, nos encontraremos con que tras formatear a ext4 resultará que una parte muy importante ¡¡nos sale como en uso!!, en mi caso 50GB. Esa cantidad corresponde al 5% del espacio disponible, que el sistema reserva por defecto. Pero podemos tratar de ajustarlo un poco aunque esto puede afectar en el sentido de que el desfragmentado no será tan bueno. Lo haremos mediante el comando tune2fs, así:
sudo tune2fs -m 1 /dev/sdb2
Hay que tener en cuenta que el nombre de la partición sea el que corresponda en cada caso, que como he mencionado ya, para el mío es /dev/sdb2. Y que con el parámetro -m establecemos el tanto por ciento del espacio para reservarlo, es decir que si en lugar de poner "-m 1" ponemos "-m 0.5" el espacio que nos aparecería como usado/reservado sería de un 0,5% del total.
Y comprobamos el estado de la partición con la orden:
tune2fs -l /dev/sdb2
En concreto no fijaremos en la cantidad que aparece como "Reserved block count".
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