Aunque dejé de escribir artículos de opinión, debido principalmente a la falta de tiempo, lo cierto es que ahora que me he obligado a escribir algo, me doy cuenta de que a día de hoy no tengo una opinión muy clara sobre muchos de los temas de actualidad. En cambio, estoy más preocupado por temas más generales, sobre los que tantos habrán escrito a lo largo de la historia, pero que siempre están presentes.
Sin ir más lejos, el dinero. Y es que el dinero es un asunto complejo, porque en el presente hemos referenciado en el dinero casi todos los aspectos del mundo que nos rodea. Cosas como la vivienda, el agua, las distancias, la contaminación, el peso, la lluvia, la música, el ocio y un sin fin de cosas más, se pueden cuantificar en dinero. Y lo que es peor, la vida de las personas también se puede cuantificar por ese rasero, con el que se puede hablar de países ricos y pobres, barrios pijos y de currantes.
De tal manera está implantado, que practicamente resulta imprescindible tener dinero para vivir. Y eso nos lleva al asunto de conseguir dinero, y qué cantidad del mismo necesitamos cada uno. ¿O quizás cuánto merecemos? Pero lo cierto es que los hay, que tienen muchísimo, más de lo que podemos llegar a darnos cuenta, y que son una minoría. Vamos que no tienen por qué trabajar si no quieren. ¿Cómo es posible, cómo lo han conseguido? Y por el lado contrario, los hay que se ven en la obligación de salir de sus países para conseguir unos trabajos precarios, los que tienen más suerte, o "trabajos" en condiciones de esclavitud.
Sí, esclavitud porque una persona que acepta todo eso lo hace simplemente porque carece de la libertad para dejar de hacerlo. Eso no es que las hayan corrompido ni mucho menos, eso es que las han hecho esclavas. Corromper es otra cosa, es cuando pudiendo elegir entre lo que esta bien y lo que está mal, se le intenta hacer ver que lo que esta mal es mejor, y el otro lo acepta así.
Pero no siempre ha sido así, la historia nos demuestra que durante muchísimo tiempo la sociedad no contaba con gente rica. Cuando no había surgido la agricultura, y las personas consumían aquello que podían coger de la tierra o cazar, no existía esta distinción. Y esto fue así hasta que todo cambió con el surgimiento de la cerámica y la agricultura. La posibilidad de almacenar grano en vasijas donde no se estropease el mismo, dio alas a la agricultura que tras trabajar la tierra, producía grandes cosechas que permitían alimentarse a la gente durante mucho tiempo.
El poder acumular, el ahorro, es la clave de la disparidad. La capacidad de consumir tan sólo lo necesario, ahorrando lo que sobra para peores ocasiones, es lo que hacen los ricos. Eso y también el invertir lo ahorrado, no dejando que el ahorro pierda valor ni se descomponga.
Continuará...
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