El ejército avisó al armador del buque Alakrana de que estaban saliendo de la zona de seguridad, que fuera de los límites de esa zona no les garantizaban protección, y que esa misma mañana se habían avistado piratas en la zona a la que el buque se dirigía. El armador, desoyendo las recomendaciones del ejército, decidió meter el buque a faenar en aguas no controladas, porque allí la captura es mayor, al no estar sujeta a restricciones en los caladeros, y por lo tanto (de no haber ocurrido el secuestro) los beneficios habrían sido mucho mayores.
El armador del Alakrana tiene suerte de ser vasco, porque si fuese catalán, la broma le habría salido por un pico: Joan Saura, Conseller de Interior, le haría pagar no solo el rescate impuesto por los piratas (que no sabemos quien ha pagado) sino también todo el coste de la operación, escoltas, ejército, buques y demás parafernalia.
Como a los montañeros que, por imprudencia o desconocimiento, se meten en zonas peligrosas. Porque digo yo que la gracia de esto es tratar a todos los imprudentes por igual, ¿no? Es igual, no sé ni para qué pregunto…
[nota final: me comenta faidit que en Euskadi también se pagan los rescates. Pues dos piedras. Qué menos que que pague el armador después de la que se ha montado, por anteponer sus beneficios empresariales a la seguridad de sus trabajadores. Aún digo más: los sindicatos e inspección laboral deberían intervenir, yo veo aquí un caso de manual de incumplimiento de la normativa de riesgos laborales.]
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