Sacado de Invertia:
Standard & Poor´s (S&P) ha recortado varias notas la calificación de unos bonos respaldados por deuda subordinada de varias cajas de ahorro, entre las que destacan Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Girona. El último de los tramos de la titulización cae hasta un nivel non investment grade, es decir, bono basura. La agencia basa la acción en una “revisión de la calidad crediticia de las entidades y la concentración de riesgos dado el perfil crediticio”.
“Nuestra revisión concluye que la calidad media crediticia se ha deteriorado, lo que eleva las posibilidades de un incremento en la evaluación de riesgo de impago (default) para todos los tramos”, expresa S&P en un comunicado. “Al mismo tiempo, dada la situación financiera actual, hay un gran riesgo de co-dependencia de los activos”.
En julio de este año, S&P la agencia puso bajo perspectiva negativa los tres tramos que componen el fondo de titulización AyT Deuda Subordinada I, valorado en 298 millones de euros. Los bonos en los que se divide el fondo están respaldados por deuda subordinada emitida en 2006 por Sa Nostra (74,6 millones), Caja Granada (69,6 millones), Caixa Girona (49,7 millones) y Cajasur (39,7 millones). También participan Caja Guadalajara, Caja Jaén, Cala Canarias, Caixa Manlleu y Caja Madrid.
La calificación del primer tramo, de 214,5 millones, pasa de triple A hasta A, es decir, cinco notas menos. El segundo (60,7 millones) cae cuatro notas, de A hasta BBB-, mientras que el tercero (22,8 millones) retrocede de BBB- hasta BB, lo que equivale a dos notas menos.
Esta última calificación se enmarca dentro del grupo de non investment grade o bono basura y, según S&P, “es menos vulnerable a un impago que otros activos especulativos, aunque se enfrenta a unas mayores incertidumbres” o a una serie de condiciones que “podrían llevar al emisor a una capacidad inadecuada para cumplir sus compromisos financieros”. El segundo tramo también se queda a las puertas de entrar en la calificación de bono basura.
El folleto del fondo explica que la cartera de activos está compuesta de nueve obligaciones subordinadas singulares con vencimiento a diez años desde el 8 de noviembre de 2006, con posibilidad de amortización anticipada por los emisores a partir de los cinco años.
Al ser deuda subordinada, en caso de producirse una situación concursal, el activo correspondiente estará situado a efectos de prelación de créditos tras todos los acreedores privilegiados y comunes y al mismo nivel que los acreedores subordinados.
El director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, destacó en el momento de creación del fondo, a finales de 2006, que las cajas volvían a “protagonizar una página importante en la titulización”, ya que se trataba del primer producto estructurado respaldado por deuda subordinada. El fondo partió con triple A gracias a la línea de crédito aportada por la CECA y sin que las cajas tuviesen que dar garantías adicionales.
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