10 de mayo de 2006

Visitando Marruecos

Hace tiempo que no tengo oportunidad de escribir ningún nuevo artículo, debido a mis circunstancias personales y laborales. En ese tiempo, he tenido la oportunidad de viajar por Marruecos, en un circuito de pocos días en autobús. Y dado que acostumbro a escribir aquí, compartiendo opiniones, información y consejos con el resto del mundo, he pensado en aportar mi visión de este viaje.

Como la mayoría de los que tenemos acceso a la red, busqué información antes de partir, y he de decir que lo que encontré no era muy exacto. Por ejemplo, aconsejan no cambiar de Euros a Dirhams, o hacerlo en la misma frontera. Pero en realidad lo más aconsejable es cambiar todo el dinero necesario a Dirhams en los bancos de las ciudades, o incluso cambiarlo en dólares antes de partir. Esto es porque en la frontera, cuando he ido, pagan el Euro a 10,71 Dirhams, mientras que en la mayoría de los bancos de las ciudades (fuera de la zona turística) lo pagan a 10,78 o incluso más. Además cualquier compra que se haga, está sometida al ineludible regateo, y los vendedores regatean a razón de que 10 Dirhams equivalen exactamente a 1 Euro o a 1 Dólar. Por tanto, es evidente que cualquiera que vaya a comprar saldrá ganando si regatea en Dirhams o en Dólares.

Otra cosa importante respecto al dinero, hay que llevarlo todo en metálico. Usar los cajeros automáticos allí es COMPLETAMENTE DESACONSEJABLE. A mi en concreto, me cargaron en cuenta una cantidad importante, que el cajero no me suministró, y que no ha habido forma de recuperar. Después de aquello, usar la tarjeta en ningún otro sitio, ni se me ocurrió.

El regateo en Marruecos es algo a lo que no estamos acostumbrados, y que a los vendedores de allí les resulta increíblemente útil para desplumarnos por completo. Lo primero, advertir que si comienzas un regateo sea siempre porque quieres comprar aquello por lo que regateas, y nunca como forma de conocer el precio por puro capricho. No seguir este consejo, y no comprar un objeto al que has llegado a un precio después de regatearlo, conseguirá que ya nadie de alrededor quiera venderte nada, ni iniciar siquiera ningún otro regateo. Así que procurad dejar a un lado el exceso de curiosidad.

Lo segundo es que el precio real de cualquier objeto puede y suele ser una quinta parte del precio de partida del regateo. Es decir, si al preguntar por el precio de un espejo te dicen 500 Dirhams, es que su precio real es de unos 100 Dirhams. La mejor forma de regatear, tomando como referencia el mencionado espejo, es plantarse de primera hora en los 100 Dirhams, y no ceder hasta que se acerquen a esa cantidad. Y sea como sea, siempre sale perdiendo el comprador, porque los marroquíes nunca te venderán nada en lo que puedan salir perdiendo de la operación, pero aunque siempre salen ganando, tienen la habilidad de hacer creer al comprador de que les estas timando, no os dejéis engañar.

Otros consejos imprescindibles, son el llevar consigo sabanas, toallas y jabón propio. Los hoteles de Fez, por ejemplo, por muchas estrellas que tengan son realmente sucios. En Tánger en cambio, los hoteles son realmente limpios y lujosos, pero si se visitan varias ciudades es mejor no arriesgarse si uno es medianamente escrupuloso.

Los guías turísticos de allí no son muy fiables, por muy simpáticos y sinceros que parezcan. No lo son en el sentido de que viven de las comisiones que consiguen, y por tanto los sitios en los que te recomiendan comer o comprar, aunque limpios y bonitos, son realmente caros para los precios que tienen las cosas allí. Con lo que es aconsejable buscar otros sitios donde comer.

Una última cosa, si se viaja en autobús, tened en cuenta que las carreteras marroquíes están mayormente en muy mal estado. Se hacen muchas horas de carretera, y el cuerpo acaba molido. En este caso, un cojín inflable para el cuello es algo imprescindible que no se puede olvidar.

Y por supuesto, Marruecos es sin duda un país interesantísimo, de mucha belleza, fuertes contrastes y olores, y bastante falta de ley y escrúpulos. Digno de visitarse más de una vez.