12 de enero de 2010

Misma moneda distintos precios

Encontrado en Sin futuro y Sin un duro:

Que la globalización ha llegado es indudable. Diferentes cadenas de distribución están apostadas por todo el mundo, producen localmente y venden globalmente. En lugares como el espacio común europeo, esto ha sido posible y mucho más fácil gracias al Euro. 8 años después de la implantación de la moneda común, quedan muchos flecos sueltos por los que esta moneda sigue sin beneficiarnos a los países miembros, y por ende a los ciudadanos.

En España el redondeo ha triunfado, y con el las subidas de los precios continuadas durante 8 años, no reflejadas convenientemente en el IPC. De hecho es dificil todavía pensar que un producto tan básico como el pan, que costaba entre 25 y 50 pesetas, hoy por hoy cueste entre 0,50 € y un 1 €. Habrá lugares más baratos y más caros, y los había también antes de 2002. Muchos dirán que hay distintos tipos de pan, y que la calidad ha mejorado, y de ahí la subida del precio más que con redondeo, con cara dura, y cuadrada, no precisamente redonda.

Pero cuando hablamos de productos exactamente iguales, vendidos en las mismas cadenas de distribución y dentro de países de la Unión Europea, no comprendo el por qué el precio debe ser diferente. Es una injusta forma de tratar a ciudadanos de primera y de segunda. Me comenta mi compañera de piso que un amigo ha ido a IKEA a comprar una cama, y que ha encontrado una diferencia bastante considerable entre el mismo producto en Italia, lugar de procedencia del susodicho, y España, lugar actual de residencia de este ciudadano. No creyendo lo que me dice, decido darme un paseo por las webs de Ikea en España e Italia, y me encuentro con esto:

Cama Aneboda en España por 99 €

Cama Aneboda en Italia por 59 €

Cama Aneboda en Italia por 59 €

Todas las imágenes están enlazadas a la página original, que podrá sufrir variaciones y quedar el enlace roto, por cierto.

Creyendo que esto podría ser fruto de la casualidad o de alguna promoción, me dispongo a ver el precio de más camas tanto en España como en Italia y encuentro otra sorpresa. He aquí otras dos camas de matrimonio:

Camas en España en IKEA

Camas en Italia en IKEA

Camas en España en IKEA

Camas en España en IKEA

Ahora resulta que en España encontramos las camas 20 y 10 € más baratas que en Italia, respectivamente. IKEA, que mantiene sus precios de año en año, no mantiene sin embargo el mismo precio en un país que en otro, aunque la moneda sea la misma.

Igualmente ocurre con los que alguna vez hayan comprado ropa en alguna cadena de Inditex, ya sea Zara, Pull&Bear, Springfield o firmas similares, que en la ropa incorporan una etiqueta en la que se puede ver el precio según el país. De hecho, es factible que la conquista de Inditex de Europa hizo que los mismos pantalones valiesen bastante menos en una tienda europea que en una española, cuando la renta per cápita de la media de los países europeos supera a la española.

No soy el primero que se da cuenta de esta situación. Algo similar también le ocurrió al bloguero Jose Miguel Vives, con billetes de avión, aunque lo de las compañías aéreas es otro fenómeno que viene ocurriendo desde hace tiempo y en el que no vale igual un billete un día que otro ni con una compañía que con otra.

Pero sigamos comparándo mismos artículos en distintos países. Ahora vamos a mirar una tienda de campaña con capacidad para dos personas en Decathlon, tanto en Francia como en España e Italia.

Tienda de campaña Quechua 2 SECONDS XL II en Decathlon Francia

Tienda de campaña Quechua 2 SECONDS XL II en Decathlon Francia

Tienda de campaña Quechua 2 SECONDS XL II Verde en Decathlon España

Tienda de campaña Quechua 2 SECONDS XL II Verde en Decathlon España

Tienda de campaña Quechua 2 SECONDS XL II en Decathlon Italia

Tienda de campaña Quechua 2 SECONDS XL II en Decathlon Italia

Es cuanto menos paradójico que las diferencias de precios sean tales para un producto de un valor inferior a 50 € tan importantes tratándose del mismo producto, con las mismas características, y comercializado por la misma distribuidora, aunque sea en distintos países, pero dentro del mercado común europeo y usando la misma moneda como referencia.

En Septiembre del pasado año, el Parlamento Europeo dictaba una resolución por la que iba a investigar las diferencias del precio de los productos lácteos entre el origen o su fabricación y el precio pagado por los consumidores, que en los últimos 3 años se ha incrementado un 14 % mientras que ha descendido un 40% el precio pagado en origen. En el caso de la agricultura es fehaciente el hecho de que los distribuidores y los intermediarios están haciendo un vago favor a los consumidores, llegada la crisis económica actual que nos afecta, pues no renuncian al margen de beneficios importándoles poco el precio final en las tiendas y menos todavía lo pagado a los agricultores y ganaderos por los productos en origen, que al fin y al cabo son los primeros y principales perjudicados.

Poco podemos confiar en una Europa común que, aunque ahora actúe tarde, ha permitido en estos ocho años que el capitalismo se adueñe del mercado, sin regularlo. Si la base de esta Europa era la de promover un mercado común, en el que se equiparasen precios, sueldos, y al fin y al cabo las economías, la realidad como vemos no es tal. Podemos demostrar que los ejemplos de distribuidoras como IKEA o Decathlon que comercializan productos en el mercado común tal y como hemos visto, no están cumpliendo al menos un principio moral. El precio de dichos productos, fabricados de forma masiva es desconocido, pero el final, a todas luces, no es un precio común, aunque se nos presenta que las cadenas son líderes mundiales o europeas y que el mercado común es una ganga. Estas cadenas están franquiciadas en su mayoría, por lo que habría que buscar también dentro de los intermediarios, empresas transportitstas, y el gestor de cada tienda, al culpable de esto.

Yo me pregunto, al fin y al cabo, ¿por qué existe el Euro?

1 comentario:

Blogger dijo...

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